“(…) aquí hay una responsabilidad brutal de buena parte de la generación anterior, los padres de los “sub-30”, por haber despreciado la cultura, la academia y la política, y por haber terminado abrazando un materialismo de pocas luces que hoy son incapaces de justificar”.
“La falta de ideas de la derecha, el derrotismo del sector, las egocéntricas batallas de poder y la defensa corporativa de muchos gobiernistas han sido pesadas cargas para una candidatura que surgió en medio de dificultades y que ha ido de menos a más en base a puro esfuerzo”.
“Los principales desafíos que enfrenta Chile hoy tienen que ver con el aumento de complejidad de nuestro orden social, que ha traído sus propios problemas y ha desatado un proceso de individualización que no logra ser mediado por una ética pública, lo que se traduce en un marcado déficit de confianza pública y privada”.
“El empuje de grupos de presión de las clases medias por mayores seguridades, aumentando y desviando el gasto público desde los más pobres hacia ellos, ha impulsado a la izquierda a renovar su discurso estatista y ha anulado a una derecha cuyo discurso se centraba en el gasto social focalizado y la defensa de la empresa privada”.
“Por lo mismo, informarse respecto a los candidatos, preocuparse por que sean personas idóneas al cargo y de estatura moral incuestionable (dadas las presiones de intereses a las que estarán sometidos) e ir a votar por uno de ellos es algo que cualquier ciudadano responsable debería hacer”.
“Esta nueva visión de la centro-derecha, aunque borrosa y en disputa, parece entender que la libertad formal del liberalismo, para poder ser disfrutada, requiere del desarrollo efectivo de ciertas capacidades y condiciones, lo que extiende en forma importante el rol subsidiario del Estado y refuerza el pacto clases altas-clases bajas”.
“En suma, tenemos un gran déficit cultural. De ahí que, en medio de buenas cifras, el país experimente cierta crisis de sentido, que tiene su correlato en una política y una deliberación pública vacía y poco constructiva. Sumida en la banalidad general, la política también se vuelve farándula”.
“De entre todos los debates posibles que pueden llevarse adelante sobre la televisión a partir de lo expuesto, hay uno que consideramos especialmente importante: el de los deberes de tutela respecto al tiempo y a los contenidos televisivos a los que están expuestos los menores de edad”.
“Se le llama renovación política a un cambio en las relaciones de poder internas de un conglomerado, ya sea por el triunfo de una facción interna sobre otra, de una generación sobre otra o de un conjunto de ideas sobre otro”.
“Este ejercicio crítico, ponderado y profundo, me parece no sólo importante, sino que urgente, pues Guzmán debe ser rescatado de la rústica adoración o difamación a la que su figura está sometida hoy en día, y evaluado con justicia, para tomar lo bueno, rechazar lo malo, y seguir adelante”.