Opinión
¿El fin de la centroizquierda?

Mientras Tohá nunca pudo reivindicar la vital contribución del Socialismo Democrático para mantener a flote la administración del Presidente Boric, Jara capitalizó los triunfos oficialistas.

¿El fin de la centroizquierda?

Si la primaria oficialista logra movilizar a los sectores populares este fin de semana, Carolina Tohá tiene posibilidades de quedar fuera de competencia. Las encuestas indican que Jeannette Jara, pese a sus vacíos programáticos y discursivos, logra atraer una mayor cantidad de votos fuera de las “tres comunas”. La candidata pareciera que, al combinar sus atributos personales con el intento de ocultar su comunismo, logra conectar con los sectores más a la izquierda de la ciudadanía, mostrándose cercana y afable hacia ellos. Por lo mismo, no sería extraño que este fin de semana el Partido Comunista consiga lo que no logró en la última elección presidencial: unificar a la izquierda en torno a una incómoda candidatura.

 Desde luego, es posible que la principal razón del buen desempeño de Jara en las encuestas y proyecciones sea la débil campaña y candidatura de Carolina Tohá. La abanderada PPD cometió al menos dos grandes errores que hoy la tienen con un pie afuera de la primera vuelta: haber salido tarde del Gobierno -tal como le advirtió en su tiempo Michelle Bachelet-, y un diseño de campaña confuso que la diferenció demasiado tarde de Apruebo Dignidad. Mientras Tohá nunca pudo reivindicar la vital contribución del Socialismo Democrático para mantener a flote la administración del Presidente Boric, Jara capitalizó los triunfos oficialistas.

La situación es curiosa. Jara y Tohá son figuras relevantes dentro de sus respectivos partidos y ambas formaron parte del gabinete del Presidente Boric. Sin embargo, la gran diferencia es que la primera logró atribuirse una gran victoria, mientras que la segunda ha cargado con el peso de sucesivas derrotas en su rol como la encargada de seguridad del país. No se trata únicamente del caso Monsalve -quien, hasta antes del escándalo, destacaba por su manejo comunicacional-, sino que el problema es más profundo: las cifras de delitos violentos no han hecho más que aumentar en los últimos años y la responsabilidad se atribuye, en parte, a Tohá. Jara, en cambio, ha logrado esquivar con eficacia las preocupantes cifras de desempleo y alta informalidad, gracias a sus triunfos legislativos en la reducción de la jornada laboral de 40 horas y el aumento del sueldo mínimo.

Lo anterior se explica por diferentes motivos. En primer lugar, Jeannette Jara no es lo mismo que Daniel Jadue, el antiguo abanderado comunista. Aunque ambos comparten militancia, el exalcalde de Recoleta -que dejó su cargo por su prisión preventiva en Capitán Yáber- representaba transparentemente a la izquierda refundacional beligerante que ha causado profundos daños para la seguridad y la institucionalidad chilena. Jara, aunque provenga de la misma tienda (y levante dudas parecidas como se vio en sus dificultades para reconocer si Cuba es una dictadura) ha demostrado ser más pragmática y tener mayor disposición al diálogo. En esa línea, es posible que Jara no hubiese sido la candidata presidencial del Partido Comunista sin la aprobación de la reforma previsional, que la catapultó como presidenciable. De hecho, mientras Jadue salió a rechazar la propuesta, ella insistió por considerarla un avance: y lo fue al abrir parte de la cotización a componentes redistributivos.

Ese es, más o menos, el estado actual de las primarias del oficialismo: el candidato del Frente Amplio destaca por su irrelevancia y por los videos caricaturescos de su franja, mientras que las dos exministras serán quienes disputarán la elección. En ese escenario, la exvocera del Apruebo -rol que le permitió liderar más tarde el Ministerio del Interior- pareciera haber dilapidado su capital político por decisiones propias y su titubeante disposición inicial a diferenciarse. Por otro lado, la candidata comunista, que se ha mantenido fiel a sus principios, y que decidió avanzar en lo posible para, llegado el momento adecuado, dar el batacazo final al “modelo neoliberal”, probablemente tenga un muy buen desempeño en la primaria. Lo lamentable es que Tohá no calculó que el declive de su figura puede arrastrar a parte importante de su coalición. Este domingo finalmente veremos qué bloque de la izquierda tendrá el sartén por el mango hasta las próximas elecciones. ¿Será el fin de la centroizquierda? 


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