El Instituto de Estudios de la Sociedad (IES) busca generar puentes entre el mundo académico y político a través de diferentes actividades y publicaciones.

Durante junio, tres de nuestros investigadores participaron en congresos nacionales e internacionales, con vistas a contribuir a un debate público riguroso, consciente de su dimensión cultural y acorde a los desafíos del Chile de hoy.

Claudio Alvarado, director ejecutivo del IES, expuso en el congreso “Socialcristianismo en Chile. Reflexiones en una sociedad de cambio”, organizado por la fundación Hanns Seidel Stifung. Fue parte de un panel sobre Estado y mercado, donde planteó la necesidad de impulsar una reflexión más profunda a la hora de abordar esa dicotomía, “porque hay tensiones sociales que claman por una perspectiva de análisis amplia e integral, que pueda mirar los supuestos y la relación que existe entre el Estado y el mercado, y no a cada uno por separado”.

Sostuvo, además, que Estado y mercado no son autosuficientes. “Para funcionar bien requieren el tipo de virtudes y cualidades morales que se forman en la familia y en sociedad civil. Eso obliga a preocuparse por la dimensión social de la vida humana, lo que al mismo tiempo exige reivindicar la existencia de bienes comunes, porque la lógica de derechos individuales no es suficiente para abordar los problemas que hoy están latentes”, señaló.

 El director ejecutivo del IES también expuso en el “I Congreso Impacta Chile”, organizado por el Centro de Alumnos de Derecho de la Pontificia Universidad Católica, en un panel sobre educación superior y el sistema de gratuidad universitaria, que rige desde 2016.

 En su intervención dijo que si bien la idea de avanzar hacia una reforma fue un avance, “porque rompió una inercia que fosilizaba el sistema”, se le impuso “una carga al Estado que parece ser incapaz de asumir, y una serie de funciones que no logra desempeñar bien”.

 Refiriéndose el modelo de financiamiento, advirtió que cuando hablamos de gratuidad “en realidad nos referimos a una educación pagada con las arcas fiscales” y que tal como fue concebida “ignora la complejidad del sistema universitario y le da al burócrata de turno un poder muy grande sobre el destino de las instituciones. De hecho, hay muy buenos proyectos universitarios que están en riesgo. Basta recordar el recelo de instituciones como la UAH y la UDP ante el panorama actual”.

En ese contexto, agregó que “gobernar es priorizar, y hoy es más claro que nunca que el foco principal debiese estar puestos en problemas como el que atraviesa el Sename, la educación inicial y el analfabetismo funcional”.

Otro de los temas presentes en la agenda nacional ha sido la objeción de conciencia institucional. A propósito del protocolo del gobierno para reglamentar interrupciones del embarazo en tres causales, la Universidad Adolfo Ibáñez organizó un foro en el que participó nuestro investigador asociado Manfred Svensson, director del Instituto de Filosofía de la Universidad de los Andes.

“El encuentro no pretendió ser una discusión en el barro, sino que buscó aproximarse con cierta distancia a la pregunta sobre si tiene sentido defender objeciones de conciencia que no solo sean individuales, sino institucionales”, dijo.

Algunos creen que es legítimo que exista objeción de conciencia, pero lo limitan solo al individuo. “A mí me parece que darle voz efectiva a los individuos siempre pasa por darle espacio suficiente a sus grupos”, explicó.

El IES en Colombia

La XLII versión del Congreso del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana (IILI)”, que se realizó en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá (Colombia), convocó a especialistas de 39 países, entre ellos a Joaquín Castillo, subdirector del IES.

En su ponencia sobre “Los sujetos literarios en dos diarios de escritores: Julio Ramón Ribeyro y José Donoso”, analizó cómo los diversos modos de publicación condicionan la recepción crítica de los cuadernos íntimos.

“Gran parte del atractivo de los diarios íntimos de escritores radica en mostrarnos la artificialidad de toda palabra literaria. Al ser, muchas veces, un taller de escritor o un cuaderno de ensayos literarios, este tipo de textos funciona como una rendija a la cual asomarse en busca de huellas de los procesos de creación”, explicó. Desde esa premisa, sostuvo que los escritores suelen ser conscientes del modo en que sus diarios forman parte (o están excluidos) de su obra creativa.