Columna publicada en El Mostrador, 24.09.2014
Fernando Atria ha vuelto a criticar la sentencia de la Corte de Apelaciones que acogió el recurso de protección presentado por apoderados del …
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Columna publicada en El Mostrador, 22.09.2014
Insólita. Así calificó Fernando Atria la sentencia de la Corte de Apelaciones que acogió el recurso de protección presentado por apoderados del Instituto …
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Pensemos en el aborto, la legalización de las drogas y las discusiones sobre familia. O incluso en las libertades de enseñanza y de educación. ¿Quién es el representante de la libertad en esos y otros temas análogos a juicio de la opinión dominante? Es claro que uno puede criticar el concepto de libertad que predomina en Twitter –ella es mucho más que una autonomía desvinculada–, pero todo indica que no es sensato cerrar los ojos ante el fenómeno, en especial si se aspira a ofrecer un discurso político diferente”.
“Todo esto debería llevarnos a evitar dos equívocos. Por una parte, atribuir todos nuestros males a la democracia en general (como ciertos reaccionarios) o a algunas instituciones en particular (como quienes creen que la felicidad llegará con la Nueva Constitución). Por otra, pensar que el perfeccionamiento de nuestro orden institucional se agota en cosas como la reforma al binominal o la elección de autoridades regionales. Estos y otros temas son muy importantes, pero si de verdad deseamos mejorar nuestra vida en común, el asunto no acaba ahí ni de cerca”.
“¿No se supone que vivimos en un régimen liberal? ¿No nos han dicho que el Estado no tiene opinión en materia moral? ¿Por qué entonces habría de reconocer estilos de vida? ¿Cómo hablar de orgullo por la propia identidad al mismo tiempo que se busca la aprobación de la sociedad toda? ¿De qué clase de orgullo estamos hablando?”
“Una causal de justificación que legitime a priori el aborto, aunque sea sólo en ciertos supuestos, implica avalar acciones orientadas directamente a terminar con la vida del niño no nacido. En esos supuestos quedaría indemne ex ante no sólo la mujer, sino que también el médico y cualquier otro tercero que colabore con el aborto. Y eso, inevitablemente, nos acerca al aborto puro y simple, el mismo que hoy en Chile ningún actor público relevante dice defender”.
“El gobierno enfrenta un conflicto de interés: su programa promete avanzar en materia de matrimonio igualitario, pero a la vez, el Ejecutivo debe defender al Estado de Chile y su legislación en sede internacional”.
“Si la política es algo más que fuerza y dominación, esta manera de encarar el debate no sólo es abusiva, sino que sencillamente absurda. Todos quienes intervienen en el espacio público sostienen determinadas posiciones –no existe la neutralidad– y, por lo mismo, quienes participan de la discusión deben ofrecer razones en defensa de sus planteamientos, no intimidaciones”.
“Esta visión de Estado, que representa un activo para el país, debiera servirnos para reflexionar sobre los desafíos que las RR.EE. impondrán a Chile durante los próximos años. Uno de estos desafíos, a veces ignorado, consiste en la creciente importancia que ha adquirido la jurisdicción internacional en materia de Derechos Humanos”.
“En rigor, el principal déficit de este debate es que son muy pocos quienes se han tomado en serio el fenómeno de los convivientes heterosexuales, que son la inmensa mayoría. Y no es casual que quienes exigen el AVP no sean precisamente parejas heterosexuales que conviven: la convivencia es elegida precisamente por su informalidad”.