Carta publicada el viernes 12 de abril de 2024 por La Tercera.

SEÑOR DIRECTOR:

En su respuesta, Miriam Jerade y Nicole Darat han optado por abordar el debate de una manera que, por desgracia, se ha vuelto cada vez más frecuente: frente a la discrepancia, recurren a la caricatura y la descalificación. Es más sencillo etiquetar a priori las ideas planteadas por Mary Harrington como propias de una derecha “antifeminista”, “pechoña”, “xenófoba” y “populista” -negando agencia y racionalidad a la contraparte y descartándola ex ante-, que preguntarse si hay algo atendible en esa crítica. En otras palabras, su argumentación solo parece tener como objetivo dirimir si se está en el lado “correcto” -obviamente el suyo-, y no debatir legítimas posiciones frente a un problema. Bajo esta lógica, la discusión se torna imposible, lo que no deja de sorprender en personas que se jactan de su pertenencia académica y universitaria.

Respecto a las supuestas posiciones deterministas y antifeministas de la autora, me permito dar solo un ejemplo sobre corresponsabilidad. En su libro Feminismo contra el progreso (IES, 2024), Harrington invita a comprender el matrimonio y la cultura familiar como un “acto de coproducción”, donde ambos, padre y madre, están “involucrados íntimamente en la crianza y la educación”. Queda para los lectores juzgar en cuántos otros temas mis interlocutoras no han hecho más que montar una caricatura. Tal vez en ellos sí haya disposición a pensar.