Carta publicada el jueves 28 de septiembre de 2023 por El Mercurio.

Señor Director:

La libertad humana es fundamental no solo en el orden económico, sino en todo el arco de actividades que conforman la vida humana. Reconocernos tal libertad es consecuencia fundamental de nuestra igual dignidad. Así lo reafirma Agustín Squella en su respuesta de ayer. No hay nada de controversial en tal posición, hoy casi universalmente sostenida.

Sin embargo, Squella escribe como si defendiera una posición seriamente amenazada. Evoca los años en que la dictadura defendía la libertad económica mientras cercenaba otras libertades, como si tal recuerdo tuviera urgente actualidad. ¿La tiene? Vale la pena examinar esa pretensión, ya que se la encuentra mucho más allá de las cartas del profesor Squella.

Como cualquier observador mínimamente atento puede constatar, en Chile la libertad se expande por todos los ámbitos de la vida. Podemos lamentar el modo frívolo en que a veces se la entiende y al mismo tiempo celebrar muchas de sus concreciones. Podemos lamentar las condiciones materiales y la inseguridad que la limitan, pero de una libertad restringida al mercado no queda rastro.

Con todo, debiera ser obvio que de ello no se sigue una comprensión de la moral como un menú a la carta. Esa, sin ir más lejos, es la razón por la que tenemos discusiones morales, discusiones notoriamente ausentes en la góndola del supermercado. Es eso lo que se pierde de vista en la caracterización que Squella hace de este ámbito. Por lo mismo, la “libertad de elegir” acaba siendo una fórmula tan poco esclarecedora. Después de todo, esta fórmula puede transmitir la importancia de la libertad personal, pero también puede volverse un eslogan que reviste de falsa neutralidad a una de las partes en disputa.

Manfred Svensson