Columna publicada el sábado 12 de junio de 2021 por La Tercera.

–Ya compañero, llegó la hora. Hay que ir a votar por Oliva para derrotar a la vieja política y al neoliberalismo. Botamos a Orrego y los botamos a todos.

–Sabe que no lo tengo claro, compañero. Vi a Oliva en varios debates y parece no entender el cargo al que está postulando. Más encima su programa son como dos planas de generalidades. No se ve muy capacitada para la función.

–Se le está metiendo el neoliberalismo al cuerpo, compañero. Está pensando de forma tecnocrática. Si esto es una elección política, no de alta dirección pública. Orrego es la vieja política pues compañero.

–Ahí es que yo me pierdo. ¿No era la vieja política el electoralismo, el clientelismo y la búsqueda de cargos a toda costa? ¿No era votar a ciegas por lo que dictara el partido?

–Así es pues. Máquinas electorales de viejos vinagres que vienen a servirse y no a servir.

–Pero justamente me estás diciendo que vote a ciegas por Oliva, aunque no tenga programa ni mérito. Más encima, ella guardó silencio frente a los narcos de San Ramón y aceptó los apoyos de Maltés y la tránsfuga piñerista de Alejandra Bravo por razones electorales. Y nada de eso es gratis. ¡Hasta salió a hacer el loco diciendo que el problema del narcotráfico venía del patriarcado! Claudia Pizarro, la alcaldesa de La Pintana, se las cantó claritas.

–Es que Pizarro también es parte de la vieja política. Mire, es súper simple: Oliva es joven, mujer, madre soltera, tiene tatuajes y parientes en Bajos de Mena. Qué más quiere. Usted se está enredando en puras leseras. Votar por Orrego es votar por la derecha fascista, no lo olvide.

–Curioso que lo diga, porque anda la derecha dura diciendo que nica votan por Orrego porque no les ha hecho gestos. Lo que Oliva le aceptó a Maltés, Orrego no se lo aceptó a la derecha. ¿Cómo va a ser su candidato entonces?

–Es que así es la derecha fascista. Busca confundir con esas triquiñuelas.

–Yo he llegado a pensar que vamos mal, compañero. ¿Se acuerda cuando Boric hablaba del “mareo de altura”, esa arrogancia que había corrompido a la militancia concertacionista? Si el Frente Amplio ahora nos pide votar por malos candidatos por puro deseo de poder, ¿cuál sería la diferencia con lo que terminó siendo el PPD?

–Toda la diferencia. Nosotros venimos a renovar la política y a acabar con el neoliberalismo. Vamos a usar ese poder para bien. Y ni me cite a Boric, que anduvo amarillando pa variar.

–Dijo que el pacto con Maltés era un error, que no lo habría hecho ni por un millón de votos. ¿Está en desacuerdo, compañero?

–Claro que sí. Esto es política, no un concurso de ética. O ganamos nosotros o ganan los malos. No hay que ser arrogante para acumular fuerzas para impugnar radicalmente el neoliberalismo desde los territorios con todas y todes. ¡Seguimos!

–Pero eso es ganar por ganar. ¿No será que tiene que haber coherencia entre fines y medios pa que las cosas cambien de verdad? Si ponemos a gente incapaz en cargos importantes, lo más probable es que los usen como trampolín político o máquina de favores pa conservarlos.

–A usted le falta abrir los ojos, compañero. Igual vamos a ganar porque la derecha no irá a votar. Pero te quedaste sin peguita con nosotros. Así es la nueva política.