Reseña sobre Jaguar. Conversaciones con narradores chilenos. 1990-2019 (Santiago: UDP, 2021), de José Tomás Labarthe y Cristián Rau, publicada el jueves 6 de mayo de 2021 por El Líbero.

Las entrevistas a escritores son un género en sí mismas, cuya cumbre (o al menos sus exponentes más célebres) son las entrevistas que desde hace décadas realiza The Paris Review y que el año pasado fueron publicadas en castellano por Acantilado. En Chile, una referencia ineludible es el trabajo de Juan Andrés Piña, Conversaciones con la poesía chilena, a las que se suman recientemente los dos libros publicados por José Tomás Labarthe y Cristián Rau: La viga maestra y Jaguar. Este último acaba de aparecer por la editorial de la Universidad Diego Portales, y está compuesto por conversaciones con quince escritores fundamentales del panorama local del período 1990-2019.

En primer lugar, entrevistadores bien informados y capaces de llevar la conversación a cauces profundos y precisos son, en este caso, garantía de un libro de alto vuelo, capaz de esquivar la polémica cuando esta se asoma en muchas, muchas esquinas. En ese sentido, Labarthe y Rau enfocan la mirada en los puntos más importantes de la narrativa reciente. Así, la discusión acerca del fin de la novela, el cruce entre géneros literarios, la cuestión de las generaciones, los procesos creativos o el lugar de la memoria y la política en la narrativa circulan por estas páginas desde conversaciones siempre lúcidas y entretenidas. En segundo lugar, la selección de autores está bien construida desde el comienzo. No vale la pena una discusión acerca de un posible canon, pues no hay acá un intento por consagrar una lista de los personajes más importantes de las narrativas locales. Uno bien podrá tener la idea de que sobra alguno y de que faltan otros; sin embargo, los entrevistadores optan por dibujar un panorama más amplio que consagratorio, proponiendo la inclusión de voces diversas, de obras que representan corrientes más alejadas del centro y cuyas propuestas estéticas amplían la perspectiva literaria.

Por lo anterior, Jaguar logra poner en perspectiva la narrativa chilena de los últimos treinta años desde las voces de algunos de sus exponentes más relevantes. El punto de partida cronológico es el fin de la dictadura, y el final está dado por el 2019 y el estallido social. La conversación gira no solo en torno a las obras y a los procesos creativos, sino también acerca del campo cultural en el que esas obras se insertan: los años de la transición, en que un grupo de novelistas publicados la editorial Planeta fueron éxito de ventas, pero también cuando la embriaguez inicial con las expectativas democráticas empieza a desembocar en un desencanto creciente con el modelo económico y político y sus consecuencias menos felices. Están, por supuesto, quienes habían manifestado signos de incomodidad desde sus primeras manifestaciones artísticas: de ahí que las conversaciones con Eltit, Marín o Fernández tengan algo de conversación ex post con una especie de Casandra criolla: advirtieron lo que vendría, pero no se les hizo caso.

El dibujo que se logra del campo cultural, aunque no minucioso, sí termina siendo muy ilustrativo. Está la Nueva Narrativa, la “literatura de los hijos”, las voces femeninas, las regiones y los outsiders; está esa especie de oficialismo en torno a Marín, Gumucio y la UDP y sus opositores desde distintos frentes; está, también, el mapa del éxito y el mapa del fracaso. Labarthe y Rau (y sus entrevistados) están conscientes de los puntos ciegos de todas estas etiquetas, pero las ocupan creativamente en la línea de lo que afirma Alejandro Zambra: “ningún concepto, ningún criterio sirve si lo usas para clausurar la discusión”. El ejercicio que realizan como entrevistadores es justamente de apertura, de diálogo, de entrecruzar ideas y lecturas en un campo que muchas veces está atravesado y silenciado por reyertas de poca monta, por egos mutuamente vetados y por ofensas pretéritas poco relevantes para comprender la sociedad en la cual se insertan.

En un contexto en que la cultura libresca muchas veces está tironeada por la exigencia de novedad —es difícil encontrar la mayoría de los libros editados en los noventa en la mayor parte de las librerías nacionales—, el libro de Labarthe y Rau es una invitación para volver sobre las obras que le tomaron el pulso a las últimas tres décadas. Desde las voces de los protagonistas del campo literario queda claro que la ficción es capaz de leer la realidad desde un lugar distinto al de la política y la historia, muchas veces actrices celosas de su lugar en los discursos oficiales. Por esto, las conversaciones compiladas en Jaguar entran al Chile reciente por una puerta lateral, y en esa mirada de soslayo radica la originalidad de su lectura.