Columna publicada en El Líbero, 22.03.2016

En su libro Sobre la revolución, Hannah Arendt señala que “la maldición de la pobreza radica más en la invisibilidad que en la indigencia”. Esta aguda observación suele estar ausente de la reflexión sobre la pobreza, pese a que expresa una de las mayores injusticias cometidas contra quien vive en esa condición: el olvido.

Ayudar a visibilizar este problema es precisamente el propósito del libro colectivo que el Instituto de Estudios de la Sociedad (IES) lanzará a fines de abril: Los InvisiblesPor qué la pobreza y la exclusión dejaron de ser prioridad. Su publicación busca ahondar en la cara más oscura y excluida de Chile: en las condiciones de marginalidad en que viven miles en nuestro país, víctimas del abandono y resquebrajamiento familiar y social. Un mundo de pobreza material, ausencia de redes de protección, habitual violencia física y psíquica, miedo, soledad, precariedad institucional y, en definitiva, falta de sentido y de horizontes existenciales.

Se trata de dar visibilidad a este anverso triste de nuestro desarrollo. Basta pensar, entre otros, en la situación de los niños del Sename, en los barrios controlados por el narcotráfico o en aquellos donde no hay acceso a servicio básico alguno, en el mundo de la pasta base, en la situación de los presos en nuestras cárceles —develada brutalmente por el incendio de la cárcel de San Miguel—, en los niños intoxicados de la escuela La Greda de Puchuncaví y otros casos similares, y en los miles de inmigrantes que viven en condiciones de precariedad en nuestro país. La gravedad y magnitud de estas situaciones, en algunos casos, lleva incluso a poner en duda la vigencia del Estado de Derecho, al que no todos parecen capaces de acceder. Se constituye así un círculo subterráneo que afecta a amplios grupos de la población y, por lo mismo, de uno u otro modo a la sociedad completa­, en la reproducción de miserias materiales y morales.

Los problemas señalados merecen un lugar preponderante en la agenda pública. Un examen de nuestra discusión política revela que ella suele estar centrada en asuntos relevantes principalmente para las élites y círculos minoritarios afines a ellas.Mientras que en Chile amplios grupos de la población no cuentan con acceso a niveles básicos de salud, vivienda, educación y justicia, el debate aparece enfocado en la maximización de aspiraciones de ciertos grupos con mayor capacidad de presión; aspiraciones que, quizás siendo legítimas, terminan postergando las demandas de quienes más ayuda y apoyo requieren.

Por todo lo anterior, no es en absoluto exagerado afirmar que hoy en día existen grupos “invisibles”, y se hace necesario poner sus demandas sobre la mesa. En este sentido, cobra relevancia la tesis defendida por Walter Benn Michaels en su obra The Trouble with Diversity, para quien banderas propias de algunas minorías terminan por llevar a segundo plano ciertos problemas de justicia básicos, los cuales debieran ser la prioridad de una agenda política razonable y justa. Contribuir a ello, precisamente, es el propósito de este libro.

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