Carta publicada el jueves 21 de diciembre de 2023 por El Mercurio.

Señor Director:

Fernando Atria publicó una columna que, en línea con la última estrategia comunicacional del gobierno, llama al diálogo y a los acuerdos. La columna aparece casi en paralelo a una entrevista suya en CNN Chile declarando que el proyecto constitucional rechazado era “más radical que la Constitución original de 1980”. Este doble discurso retrata la forma en que Atria se ha desempeñado en el espacio público durante los últimos años.

Desde el Instituto de Estudios de la Sociedad estuvimos seis años (2012-2018) intentando discutir con Atria: lo invitamos a publicar y a conversar con nosotros, y editamos dos libros y diversos artículos disputando sus postulados. Desde cierto punto en adelante, lo que recibimos de Atria fue desdén y luego insultos, condensados finalmente en una publicación suya (“Razón bruta”), donde el autor declara que el texto no es una “respuesta”, sino una “reacción”, pues no está dispuesto a ningún diálogo con adversarios a los que desprecia moral e intelectualmente. ¿Desde dónde pretende ofrecer “diálogo” ahora?

Finalmente, en un intercambio con Leonidas Montes —donde no puede evitar la descalificación intelectual—, Atria defiende nuevamente a Carl Schmitt como autor de una sociología política objetiva. Sin embargo, no se hace cargo de que, más allá de su valoración de Schmitt, la versión del autor alemán seguida por sus prosélitos en el Frente Amplio —y quizás por él mismo— es la de Laclau y Mouffe, donde la construcción del enemigo es parte central de la propuesta, que en estilo leninista trata la verdad como un arma de la revolución (por lo que cualquier llamado al “diálogo” es mera táctica).

Tampoco concede que el rasgo central de la acción política de Schmitt, que ha cubierto su teoría de sospecha para la posteridad, es uno que comparten ampliamente: el oportunismo radical.

Pablo Ortúzar Madrid
Investigador IES