Carta publicada el domingo 20 de agosto en La Tercera.

SEÑOR DIRECTOR:

¿A qué estrategia responde el nuevo cambio de gabinete? Por un lado, si se buscaba generar un punto de inflexión en la marcha del gobierno, esto rara vez se logra con movimientos que se restringen a ministerios sectoriales. Por otra parte, era previsible la resistencia que generaría el nombramiento de Nicolás Cataldo (PC) en Educación, y no solo por lo sensible de esta cartera, sino también por su complacencia con la violencia octubrista (sus dichos al respecto ya le habían impedido asumir en un ajuste previo). Y, por si fuera poco, ya surgieron reparos desde el socialismo democrático -también previsibles- por la designación de un exconvencional en la subsecretaría de Defensa, en reemplazo de un experimentado dirigente PPD.

Desde luego, pueden invocarse diversos motivos que dificultaban el impacto de este nuevo cambio de elenco ministerial. Por ejemplo, la falta de cuadros del oficialismo -y en particular del mundo frenteamplista-, o el hecho de que la principal noticia ya se había producido con la salida de Giorgio Jackson. No obstante, ninguna de esas consideraciones debería llevarnos a eludir el fondo del asunto: la carencia de una hoja de ruta definida y visible por parte del gobierno; una hoja que le permita ordenar sus prioridades, mensajes y decisiones.

Ahí reside el mayor desafío del Presidente Boric y su equipo: adoptar una línea política y perseverar en ella, en los hechos y en las palabras. Porque, últimamente, La Moneda ha conseguido la singular proeza de entregar señales contradictorias de modo cada vez más frecuente. Basta recordar que, en días consecutivos, el Mandatario viajó junto al expresidente Piñera a Paraguay -como candidato lo tenía “avisado”-, luego tensó las relaciones con RN y enseguida invitó a Chile Vamos al Palacio de gobierno (aunque sin ceder en ningún contenido en concreto).

Este ir y venir no es nuevo. Hace casi un año, después del monumental triunfo del Rechazo, el Presidente Boric parecía acusar recibo de lo ocurrido, al punto que incluso le rindió homenaje al expresidente Aylwin, el mismo al que había criticado sin piedad en sus tiempos de diputado. Sin embargo, pronto vinieron los indultos, y el resto de la historia es conocida: las condiciones del diálogo político se erosionaron gravemente hasta hoy.

¿Qué desea encarnar el Presidente Boric? ¿Cuál es su horizonte? Solo él puede (y debe) decidir.