Columna publicada el 7 de agosto de 2023 en La Segunda.

Uno de los mayores desafíos de Evelyn Matthei —la más probable candidata presidencial de Chile Vamos— es diferenciarse de José Antonio Kast. Y alternativas, desde luego, hay muchas.

La más obvia se refiere al modo de abordar nuestra historia reciente. Para marcar un contrapunto inteligente al respecto, a Matthei le bastaría con rehabilitar la narrativa concertacionista. Esto es, condenar categórica e inequívocamente las violaciones a los derechos humanos, buscar la reparación de las víctimas y, en paralelo, constatar el legítimo disenso acerca de las causas del quiebre de 1973. Este, paradójicamente, es un campo propicio para ofrecer un mensaje amplio, sobre todo considerando la intolerancia que ha rodeado el recuerdo de los 50 años y las dificultades que mostró JAK cuando debió enfrentar este tipo de asuntos en la última campaña presidencial.

Si quisiera, en cambio, mirar al presente, la alcaldesa de Providencia podría reivindicar la valiosa actitud de Chile Vamos antes y después del 4 de septiembre. Quienes se la jugaron para que el Rechazo gozara de transversalidad fueron dirigentes de centroderecha, y también fueron ellos quienes protagonizaron la articulación del nuevo proceso constitucional. Es verdad que éste enfrenta problemas, pero lo cierto es que si hoy existe un Consejo con mayoría republicana es ante todo porque Chile Vamos —contra el deseo inicial del partido de JAK— cumplió su palabra. Acá, nuevamente, el terreno parece propicio para distinguirse y favorecer el sentido de Estado y la unidad nacional.

Si las opciones previas fueran juzgadas como demasiado ajenas a las prioridades ciudadanas, Matthei bien podría intentar saldar la mayor deuda de la centroderecha en el último lustro —baste recordar la “clase media protegida”—: ofrecer un proyecto propositivo y contundente en materia de protección social. Un proyecto que, desde un ideario comprometido con el crecimiento y la economía social de mercado, pase a jugar a la ofensiva y dibuje reformas de alto vuelo en aquellos ámbitos más sensibles para las grandes mayorías.

Con su entrevista de ayer en La Tercera, sin embargo, Matthei nos notificó que su apuesta será otra. La eventual candidata de Chile Vamos decidió seguir la senda de Amplitud y Sebastián Sichel y enfatizar la (mal) llamada agenda valórica, que divide a su sector. En concreto, optó por distanciarse, cual leprosos, de quienes nos opusimos a la ley de aborto en tres causales (incluyendo a casi la totalidad de su coalición y una parte relevante de la DC, que hoy participa activamente de Amarillos).

Si Evelyn Matthei sale a “la calle”, tal como advirtió, quizá comprenda cuál es la distancia que separa al progresismo ramplón de los anhelos y prioridades del Chile profundo. Quizá.