Carta publicada el jueves 24 de noviembre de 2022 por El Mercurio.

Señor Director:

El diputado y expresidente de la Cámara Baja Raúl Soto afirmó ayer que “la única salida para un acuerdo constitucional es un órgano mixto con electos y expertos”. Es precisamente lo que parecen confirmar las diversas propuestas que han planteado las fuerzas políticas con representación parlamentaria. En palabras simples, todos tendrán que ceder para que el acuerdo llegue a buen puerto.

Con todo, conviene advertir que se trata de un escenario perfectamente posible. Por ejemplo, si el oficialismo desea un órgano electo, debería aceptar la propuesta de Chile Vamos de 50 miembros electos por circunscripciones regionales. Y si la centroderecha desea una incidencia relevante de los expertos, quizá conviene ampliar dicho órgano de 50 a 78 miembros, tal como ha sugerido una parte del Socialismo Democrático. Ello permitiría sumar 28 especialistas designados por el Congreso a los 50 integrantes electos por la ciudadanía, acogiendo parcialmente la propuesta de Amarillos por Chile.

Más allá de las dificultades propias de este tipo de negociaciones, nada impide que el resultado final del diálogo termine siendo positivo. De hecho, una fórmula mixta como la descrita no solo daría cabida a distintos criterios y fuentes de legitimidad —algo crucial en el contexto actual—, sino que además mostraría buena disposición para alcanzar acuerdos transversales de parte de diferentes actores políticos. Y esto es fundamental: tanto o más importante que un cambio constitucional exitoso es que la dirigencia política logre acuerdos transversales y eficaces. Es lo que, a fin de cuentas, espera la ciudadanía.