Carta publicada el 25 de mayo de 2023 en El Mercurio de Valparaíso.

Señor Director:

En la reciente entrevista publicada en este medio, las palabras del oncólogo argentino, Eduardo Bruera, experto en cuidados paliativos, resaltan un punto crucial: la dignidad de una sociedad se define por cómo cuidamos a aquellos que son más vulnerables. En medio de los debates sobre la eutanasia, sus reflexiones resultan muy pertinentes.

En una sociedad individualista, la eutanasia puede parecer un asunto exclusivo del individuo, sin afectar a los demás. Esta perspectiva hace que el cuidado se perciba como algo en lo que no vale la pena invertir: “vive y deja morir” (¿para qué cuidar?). Por el contrario, los cuidados paliativos han surgido como una alternativa compasiva e integral para abordar el bienestar de los pacientes en su etapa final. En este enfoque, la medicina se acerca al paciente brindando alivio y compañía.

La respuesta a este desafío radica en la sociedad que deseamos construir: una cultura que valore la vida en contraposición a una cultura de descarte. En lugar de buscar poner fin al sufrimiento mediante la muerte del paciente, se asume la responsabilidad de cuidar siempre al enfermo. El término “incurable” nunca debe significar que alguien es “incuidable”.