Columna publicada el lunes 27 de noviembre de 2023 por La Segunda.

Las polémicas en torno a la franja electoral confirman algo que ya sabíamos: no son tiempos fáciles para argumentar políticamente. Hoy la tentación es limitarse a despertar emociones o antagonismos más o menos comprensibles, según las circunstancias. En este cuadro, las razones que llevan a justificar tal o cual decisión suelen ser relegadas a un plano más que secundario. Por este motivo, cabe destacar la reciente declaración del expresidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, donde invita a votar “A favor” en el plebiscito de diciembre. 

En dicha declaración resalta no sólo su valentía —una decadente DC amenaza con expulsarlo—, sino también los argumentos que ofrece el exmandatario, y que deben ser leídos en continuidad con su tanto o más razonada apuesta por el “Rechazo” en 2022. 

En efecto, hay quienes han cuestionado la convicción de Frei de “cerrar este capítulo”, pues tal idea —sugieren estos críticos— podría haberse aplicado a la propuesta de la fallida Convención. Sin embargo, pocos actores políticos fueron tan claros como el expresidente a la hora de exponer los defectos del proyecto rechazado, que en su opinión comprometía “la paz, el desarrollo y la prosperidad de nuestro país”.

Así, conviene recordar que en su declaración del 8 de julio de 2022, Frei subrayó, entre otros problemas, la ausencia de “un adecuado equilibrio y división de poderes”, una “Cámara omnipotente”, el consiguiente peligro de que “una mayoría ocasional que controle la presidencia y la cámara política pueda avanzar hacia un régimen dictatorial de los que en el mundo están siendo frecuentes”, el riesgo de que los jueces fueran “controlados políticamente a través del Consejo de la Justicia”, y la “plurinacionalidad” con sus múltiples consecuencias. De ahí la imposibilidad de “cerrar” el debate con el proyecto de la Convención. 

Del mismo modo, en esta ocasión el exmandatario vuelve a entregar un análisis de la propuesta actual que, si bien no lo “representa en su totalidad”, incluye aspectos que considera valiosos. Entre otros, menciona el Estado social y democrático de derecho, el seguro universal de salud sin discriminaciones, la promoción de partidos más fuertes y la modernización del Estado.

Con todo, tras el examen del texto late una reflexión más de fondo, reflejada en sus exhortaciones a “recuperar la estabilidad perdida” y meditar “en profundidad lo que ha ocurrido en estos cuatro años”. Ahí subyace, me parece, la visión de conjunto que Frei ha adquirido observando el lugar de Chile en el concierto geopolítico global, así como su legítimo orgullo por la herencia de la Concertación y la transición. Una época de claroscuros, sin duda, pero que a la luz del último lustro envejece —mal que pese— cada vez mejor.