Si bien la teoría detrás de la inteligencia artificial (IA) se elaboró en la década de 1950, el aumento del poder de cálculo y el acceso a grandes volúmenes de datos han impulsado avances significativos en inteligencia artificial durante los últimos años, especialmente en procesamiento de imágenes y lenguaje natural. Estas innovaciones se aplican en diversos sectores, como educación, salud, agricultura, transporte, finanzas, redes sociales y más.

Como veremos, uno de los ejemplos más recientes que permitió la masificación de un tipo específico de IA denominada generativa es ChatGPT. Se trata de un chatbot desarrollado por la empresa OpenAI (Sam Altman, Elon Musk). Desde su lanzamiento en noviembre de 2022 ha ganado popularidad gracias a su acceso gratuito, facilidad de uso y sorprendentes resultados. Chat- GPT es un modelo de lenguaje que utiliza el aprendizaje automático para generar un texto similar al que producimos los seres humanos. Basta darle simples instrucciones para que la aplicación escriba poesía, redacte cartas y ensayos, traduzca textos, programe en Python, entre otros. Su crecimiento ha sido exponencial: en tan solo dos meses, ChatGPT llegó a los 100 millones de usuarios, un hito que ha batido todos los récords hasta ahora, superando a Instagram y Tik-Tok.

El fenómeno desencadenó una carrera en la industria tecnológica por desarrollar programas similares. A la fecha se han lanzado al menos otros 23 modelos de IA generativa. Si bien se trata de un avance tecnológico significativo, estamos todavía en una etapa temprana de desarrollo en la que probablemente no comprendemos por completo sus implicaciones a corto y largo plazo. Es necesario poner atención a los posibles efectos negativos que genera la IA en la confiabilidad y verificabilidad de la información, así como en la confianza pública en las instituciones, ya que puede crear contenido de cuyo origen y antecedentes no se puede dar cuenta.

Sumado a lo anterior está el temor a la sustitución de empleos, violación de la privacidad, manipulación de datos personales y vigilancia social, entrega de resultados sesgados o el aumento de ciberataques. Además de todos esos riesgos, existen una serie de preguntas más profundas que a menudo pasan desapercibidas, como su impacto a nivel educacional: ¿cambiará la manera tradicional de enseñar? ¿No se perderán ciertas habilidades al momento de dejar entrar estas tecnologías en el proceso educativo? ¿Cómo prevenir el plagio? ¿Es mejor prohibir o regular esta y otras aplicaciones similares? Y, en otros ámbitos: ¿qué tipo de inteligencia artificial utiliza ChatGPT? ¿Supone este chatbot una novedad radical como lo fueron la imprenta o internet en su minuto? ¿Puede tener consciencia y experimentar emociones? ¿Qué pasa con la propiedad intelectual del contenido allí desarrollado?

A partir de estas inquietudes, a nivel local se ha llamado a buscar soluciones capaces de minimizar los riesgos que involucran estas tecnologías. El Ministerio de Ciencias, por ejemplo, ha convocado nuevamente al panel que estuvo a cargo de elaborar la Política Nacional de Inteligencia Artificial de 2021. La iniciativa busca actualizar y adaptar la estrategia tanto para abordar los desafíos y oportunidades emergentes en el campo de la IA como para enfrentar problemas como el plagio y las brechas tecnológicas entre estable- cimientos.

Responder todas esas preguntas excedería a este texto. El propósito, por tanto, es reflexionar sobre ChatGPT como caso de estudio y establecer algunos criterios generales para la utilización de inteligencia artificial generativa en modelos similares a este. El documento se estructura de la siguiente manera. En primer lugar, se buscará conceptualizar qué es ChatGPT y la inteligencia artificial generativa. En segundo lugar, nos preguntaremos si la IA generativa constituye una versión mejorada de la inteligencia humana. En tercer lugar, nos referiremos al tipo de sesgos que parecen existir en modelos de lenguaje natural, y si es posible evitarlos. Por último, plantearemos algunos desafíos que abren este tipo de tecnologías en materia de educación.

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