Columna publicada el jueves 5 de octubre de 2023 por CNN Chile.

Cada hora, tres personas en Chile mueren a causa del cáncer. De esas tres, una fallece esperando tratamiento, mientras se encuentra en una lista de espera. En 2022, según la información otorgada por el Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), se registraron un total de 136.643 defunciones en Chile, entre las cuales el cáncer cobró 28.453 vidas, siendo la primera causa de muerte. Este panorama de por sí crítico llevó a la Comisión de Salud del Senado a solicitar la semana pasada al gobierno declarar una alerta sanitaria para enfrentar esta grave situación. A estos datos generales habría que agregar otro factor, que sólo complejiza el escenario: la inequidad de género que existe a nivel global en el tratamiento de esta enfermedad. Así lo revela un estudio reciente de The Lancet, que entre otras cosas, subraya el preocupante hecho de que, por diversas razones, las mujeres no acuden oportunamente a realizarse exámenes preventivos o a los tratamientos terapéuticos. Esta situación es particularmente crítica en los casos del cáncer de mama y el cáncer cervicouterino, en los cuales es decisivo actuar lo antes posible.

Entre los motivos señalados por el informe se menciona que las mujeres suelen tener menos acceso que los hombres a la información para tomar decisiones en cuanto a la atención médica, la subrepresentación femenina en puestos de liderazgo dentro de las organizaciones dedicadas a la investigación y políticas públicas y, por sobre todo, la tendencia a relegar su propia salud debido a su papel de cuidadoras. Todo esto genera una desigualdad en el acceso a la salud que afecta desde el diagnóstico hasta el tratamiento. Anualmente, de 2,3 millones de muertes prematuras en mujeres (menores de 70 años), un 65% podría salvarse con medidas adecuadas. Lo dramático es que el cáncer no solo afecta a quienes lo padecen, sino que tiene repercusiones sociales y económicas aún no exploradas en profundidad. Por eso la atención y la investigación en cáncer femenino debe intensificarse y expandirse más allá de los cánceres típicamente asociados a mujeres, considerando también el cáncer colorrectal o de pulmón, y asimismo factores externos, sociales y ambientales que afectan la salud oncológica femenina. La gravedad se magnifica al considerar las consecuencias que tiene sobre la maternidad: en 2020, las muertes prematuras por esta enfermedad dejaron cerca de un millón de niños huérfanos en el mundo.

En nuestro país hay más de 70 mil Garantías Explícitas en Salud (GES) retrasadas, y esta tendencia sigue al alza, lo que evidencia las deficiencias en el sistema. Esta situación es particularmente crítica en el caso de las mujeres, sobre todo en los casos de cáncer de mama y el cáncer cervicouterino, patologías que encabezan las listas de espera. Para hacerse una idea, de mayo a junio de 2023, los retrasos en cáncer de mama GES crecieron un 16%, siendo superados solo por el cáncer cervicouterino con 4.305 atrasos. Aunque el subsecretario de Redes Asistenciales, Osvaldo Salgado, indicó que se daría prioridad a los retrasos en cáncer, no detalló la estrategia a seguir. Para la doctora Paula Daza, las listas de espera en cáncer (GES y no GES) deben tener, en sí mismas, una priorización, y ella debe ser basada en evidencia: aquí la espera puede significar menos tiempo de vida.

Como recuerda el informe de The Lancet, para enfrentar esta emergencia se requiere una perspectiva centrada en la mujer, que permita compensar estas desigualdades en la prevención del cáncer. En este contexto, el mes de octubre, centrado en la prevención del cáncer de mama, es una oportunidad para resaltar la necesidad de priorizar enfermedades que afectan principalmente a las mujeres. Un gobierno que se presenta como feminista debiera estar particularmente atento a darle esa orientación a sus políticas públicas, especialmente en aquellas materias donde son las mujeres las principales desaventajadas.

El panorama global en salud, con todo, nos afecta a mujeres y hombres. El Presidente Boric anunció un significativo incremento del 8,1% en el Presupuesto para salud 2024 (más de 1.200 millones de dólares), lo que permitirá financiar más de 48 mil cirugías en el sistema público y privado, bajando los tiempos en las listas de espera. Sin embargo, a pesar de esa mayor inversión, la eficiencia en la gestión y un enfoque adecuado son cruciales para abordar las patologías esenciales que han sido pospuestas por la pandemia. La solución a los desafíos pendientes de la salud, incluida la crisis de las isapres y la reforma de salud, demanda más que una inyección de recursos: se requiere una decidida voluntad política y de colaboración entre las partes involucradas para solucionar los conflictos e implementar las herramientas y diagnósticos disponibles para la ejecución de acciones.