Carta publicada el domingo 23 de octubre de 2022 por El Mercurio.

Señor Director:

Agradezco la réplica de Sergio Muñoz Riveros a mi carta del pasado viernes. Ambos coincidimos en las críticas a la fracasada Convención, en el valor de la democracia representativa y en la necesidad de “renovar el pacto constitucional”. Luego, nuestras diferencias se reducen a tres aspectos.

El primero versa sobre el mejor modo de conseguir dicha renovación. Muñoz Riveros juzga como anatema que el Congreso ceda su “potestad constituyente”. Por mi lado, me temo que ese planteamiento conduce a distraer al Congreso de las urgencias sociales, y a trabar (una vez más) el debate constitucional. Es decir, a desaprovechar una oportunidad privilegiada para resolver esta tarea pendiente.

La segunda diferencia remite al papel que ha cumplido Chile Vamos. Muñoz Riveros es muy duro con Javier Macaya y los otros dirigentes que han favorecido el diálogo político. A mí, en cambio, me parece que ellos han comprendido la importancia de pensar este asunto en concreto y articular una fórmula mixta, que ayude a evitar el ímpetu refundacional, pero en el marco de acuerdos transversales. Sin ellos no habrá nuevo proceso y la cuestión constitucional seguirá penándonos.

Por último, Muñoz Riveros cree que su planteamiento es más consistente con una adecuada ponderación de la “democracia que hemos construido”. En mi caso, aunque valoro profundamente la restauración democrática y su legado, considero que fue un error muy caro haber dejado crecer el problema constitucional. La estrategia de “eludir deliberadamente” el déficit de legitimidad (Patricio Aylwin, 1984) tuvo mucho sentido en su minuto, pero hoy es inviable. Es mejor asumirlo y enfrentarlo, antes de que vuelva a ser demasiado tarde.