Es un hecho que a Kast lo abandonó el voto femenino en el balotaje de 2021. Hoy todo apunta a que se repetirá la historia y el progresismo de izquierda y derecha nuevamente buscará explotar ese flanco.
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¿Por qué perdió Kast el 2021 y el plebiscito constitucional de 2023? Es difícil dar con una respuesta acabada, porque desde luego en los dos casos inciden diferentes factores. Por de pronto, en 2021 la derecha se encontraba en el suelo luego de la apabullante derrota en la elección de convencionales, y en 2023 el segundo proceso nunca contó con el beneplácito ciudadano. Pero lo que es cierto es que, sin perjuicio de esos y otros elementos, parece haber un elemento común en las últimas derrotas del Partido Republicano: la cuestión de las mujeres. Ella ha reflotado los últimos días a propósito de la ofensiva en redes sociales de bots adherentes de Kast contra Evelyn Matthei (básicamente, lo que hacen es viralizar videos editados de la candidata para dejarla como “la Joe Biden chilena”, sugiriendo que padece Alzheimer u otra enfermedad). Pese a que el candidato republicano negó la participación de su partido en aquella campaña comunicacional, se le acusa de haber al menos complacencia de parte de su equipo con la actuación de los bots anti Matthei. Por ello, ha reflotado la idea descalificar a Kast como misógino y machista. Ciertamente el ataque puede ser leído como parte del -nada nuevo- consenso liberal progresista según el cual ser conservador implica en esencia ser machista. El problema, sin embargo, es que la performance de Kast ante este tipo de hechos ha dado material a quienes persisten en tildarlo como tal.
Es un hecho que a Kast lo abandonó el voto femenino en el balotaje de 2021. En dicha campaña presidencial, propuso en su programa un beneficio económico a las nuevas madres que lo sean en el contexto de parejas casadas, lo cual causó un amplio revuelo e instaló la caricatura de que el candidato quería a las mujeres en la casa teniendo hijos y atendiendo al marido. Por supuesto, esa no era la razón, pero su comando no supo aclarar de manera efectiva que, en realidad, la preocupación apuntaba al valor de la estabilidad de los vínculos familiares para los hijos, así como a la situación de vulnerabilidad que enfrentan millones de madres solteras. Posteriormente, en 2023, se hizo extendido el análisis que acusó al proyecto constitucional republicano de ir en contra de los derechos de las mujeres por no garantizar la “democracia paritaria” y blindar la cláusula contra el aborto libre. Aunque ambas críticas eran refutables, los republicanos tampoco supieron salir de ahí exitosamente, y pese al esfuerzo por desmentir esa narrativa asumido por ellos y la centroderecha en los medios de comunicación, la respuesta no fue suficiente.
Hoy todo apunta a que se repetirá la historia y el progresismo de izquierda y derecha nuevamente buscará explotar ese flanco. Sin embargo, no parece haber un aprendizaje de los hechos expuestos, lo cual refleja que el eje “mujer” de la campaña no parece importarle demasiado al comando de quien hoy lidera las preferencias presidenciales en las derechas. Por mucho que el Partido Republicano lleve hasta ahora una buena campaña, esto sí es un problema. La narrativa del candidato “anti-mujeres” puede ser un techo en segunda vuelta, especialmente contra una mujer como Jara que va a encarnar todo lo contrario. Así pasó en 2021, a pesar de contar con la dupla Matthei-Daza –las dos mujeres mejor evaluadas por la ciudadanía en ese entonces– recorriendo Chile por Kast. Pero eso no ocurrirá esta vez, los vínculos entre ambas derechas están muy debilitados y republicanos ha sido parte de ello. La reciente ola de apoyos en redes sociales a Matthei, sumado a la misma candidata denunciando los ataques en su contra, han encontrado un nicho del que afirmarse ante la baja en las encuestas y que deja mal parado a Kast, quien no sabido responder al emplazamiento.
Sería bueno advertir entonces al mundo republicano que esta vez será necesario contar con una agenda y estrategia de campaña sólida al respecto. Y ello debe comenzar por apartarse con claridad de los bots organizados que lo apoyan explícitamente al atacar a Matthei. Podrán dañar a la candidata de Chile Vamos, pero lo hacen de manera desleal, en una apuesta que no colabora al discurso que intenta instalar el candidato, pues, ¿no era que su adversario está en el oficialismo? Pero el desafío es también dar a las mujeres un lugar protagónico en la campaña. El Partido Republicano logró hacerlo con eficacia al anunciar el Plan Renace sobre natalidad, pero no han vuelto a ser objeto del mismo protagonismo. Es que el tema mujer no es un eje aislado; hoy (ayer también) las mujeres definen elecciones y el tipo de problemas que viven resume algunas de las principales crisis que aquejan al país. Por poner algunos ejemplos: hoy Chile es un país especialmente peligroso para las mujeres vulnerables, son ellas quienes más se han visto azotadas por el desempleo, así como las más afectadas por la crisis de la familia que desde republicanos tanto denuncian (con razón). Reconocer todo esto no los hará, por cierto, progresistas. Pero los podría hacer crecer en los segmentos donde, justamente, más les ha costado.