Carta publicada el viernes 17 de febrero de 2023 por La Tercera.

A raíz de diversas cartas y columnas que han aparecido en distintos medios acerca de si la inteligencia artificial podrá reemplazar aspectos esenciales de la interacción humana -tanto en la relación médico-paciente como en el desarrollo del pensamiento crítico (tema del plagio)-, me gustaría añadir que, si bien la desconfianza puede ser una reacción natural frente a estas nuevas tecnologías, no debe paralizarnos. Muy por el contrario, debemos aprender en qué consisten y revisar los desafíos que conlleva la interacción con ellas; que estas aplicaciones puedan llegar a sustituir la creatividad del ser humano, la capacidad de pensar o la deliberación propia de la esfera pública (y la vida política), debe ser motivo de reflexión.

En esa línea, un chat automatizado, por más complejo que sea, nunca podrá sustituir la riqueza que supone el diálogo entre las personas, el uso y cuidado del lenguaje, o incluso el uso del humor o la ironía. En definitiva, la capacidad de comunicarnos mediante la palabra siempre tendrá dimensiones únicas e insustituibles.