Carta publicada el viernes 4 de noviembre de 2022 por El Mercurio.

Señor Director:

En su última carta, el profesor Renato Cristi defiende la tesis según la cual en Chile se implantó un neoliberalismo inspirado en Von Mises, que fue bien identificado por la izquierda chilena. Me parece que su argumento adolece —al menos— de tres dificultades. Por de pronto, la influencia de Von Mises en el modelo criollo es, cuando menos, discutible, pues no fue un autor especialmente relevante en nuestro país.

Con todo, y esta es la segunda dificultad, aun si le concediéramos el punto, los países no son laboratorios donde sea posible montar y desmontar sistemas abstractos. Comprender la realidad social y cultural de una nación exige una aproximación distinta, algo que los críticos del “neoliberalismo” deberían ser los primeros en entender. Para decirlo en simple: no es posible extirpar ni matar al neoliberalismo en democracia. Por lo demás, todo esto supone que la administración de la Concertación no introdujo ninguna especificidad: ¿fueron los 30 años una mera continuidad de un (imaginario) modelo fundado en Von Mises? ¿Acaso el Estado chileno no cumple ninguna función redistributiva?

La tercera dificultad guarda relación con nuestra izquierda. Si hemos de creerle a Cristi, dicho sector identificó muy bien a su adversario. No obstante, ¿cómo explicar entonces que esa misma izquierda haya impulsado alegremente los retiros de los fondos de pensiones, la política más “neoliberal” de la que se tenga memoria? Mi impresión es que la izquierda que nos gobierna no tiene tarea más urgente que la siguiente: determinar las causas intelectuales de esa monumental derrota cultural autoinfligida. Mientras no lo haga, seguirá combatiendo con molinos de viento.