Carta publicada el lunes 4 de julio de 2022 por La Tercera.

SEÑOR DIRECTOR:

No deja de sorprender la columna de Diana Aurenque del sábado por la transparencia con la que retrata los prejuicios que rodean a cierta izquierda. Junto con el desprecio por los legítimos argumentos de quienes votan Rechazo, para lo cual echa mano a la peor versión de algunos de ellos, “fachopobrea” a una parte no menor del electorado. Y suma a esto una nueva categoría, tan despectiva como la anterior: el mundo que ella llama “aspiracional”.

Nada de esta actitud es tan nuevo. Pero sí resume bien los problemas en los que se encuentra un sector de nuestra sociedad: no han querido leer la distancia de muchas personas con el borrador y la Convención. No se atreven a admitir que los constituyentes han aumentado la sospecha y la irritación ciudadana con la política. No toleran ninguna crítica a un proyecto constitucional que, aunque moleste a la profesora Aurenque, ha profundizado nuestras grietas sociales; como si no hubiera ningún argumento razonable contra lo propuesto por la Convención. Y para cerrar el triste cuadro, en lugar de preguntarse por las causas de ese fracaso, han optado por mirar con desdén a la sociedad que les da la espalda. ¿Será que detrás de la soberbia de Aurenque hay realmente una mayoría social absoluta? El plebiscito del 4 de septiembre, con voto obligatorio, será una oportunidad magnífica para descubrirlo.