Carta publicada el jueves 21 de abril de 2022 por El Mercurio.

Es innegable que nuestras instituciones policiales requieren de cambios importantes para adecuarlas a los estándares más altos de operación y, así, relegitimarlas frente a la ciudadanía. Es, de hecho, lo que se ha intentado hacer los últimos tiempos, en particular después de los lamentables hechos acaecidos durante el estallido social.

Sin embargo, la agenda refundacional propuesta por la Comisión de sistema político de la Convención, que incluye transformar a Carabineros en una policía de carácter civil, desvía el foco de los cambios institucionales verdaderamente importantes y urgentes. En especial, teniendo en consideración, el carácter de cuerpo armado esencialmente obediente, no deliberante, jerarquizado, disciplinado y profesional, atributos y deberes que están en la base histórica de Carabineros. Establecer su carácter civil debilita aquella impronta fundacional, sin que pueda advertirse en esta propuesta refundacional alguna virtud que vaya en la línea de una reforma modernizadora.

Es posible idear estructuras de control civil más estrictas o especializadas, diseñar modelos que promuevan un rol comunitario más intenso o elevar los estándares de protección de los DDHH. Lamentablemente, lo aprobado en la Comisión, con el preocupante silencio del gobierno, avanza en una dirección equivocada y peligrosa, a la hora de poseer Policías robustas, para enfrentar los grandes desafíos en orden y seguridad pública que tiene el país.

Jorge Burgos V.
abogado

Rodrigo Pérez de Arce P.
Subdirector de Desarrollo del IES