Carta publicada el domingo 12 de septiembre de 2021 por El Mercurio.

Señor Director:

Agradezco al profesor Renato Cristi por su respuesta del día viernes, donde reconoce que la dicotomía Estado versus mercado resulta insuficiente. Pero inspirado en Hegel, Cristi insiste en rechazar la tríada “Estado, mercado y sociedad civil”, y cree que las asociaciones intermedias “se subordinan al Estado, que representa lo propiamente público”. Me permito añadir tres observaciones al respecto.

En primer lugar, es curiosa su radical separación entre lo público y lo privado: muchas de las instituciones que consideramos públicas combinan elementos de diversa naturaleza. Por ejemplo, un mercado realmente competitivo es un bien público, pero no puede subsistir sin un aparato estatal robusto.

En segundo término, la teoría política, social y económica contemporánea —desde Taylor hasta Ostrom, pasando por Levy, Rajan y tantos otros— enseña que los bienes públicos no se restringen ni al Estado ni al mercado. Esto es lógico. ¿Bajo qué argumento cabe negar hoy que las organizaciones de la sociedad civil protegen y proveen bienes públicos? ¿Qué sería lo público, entonces? ¿Lo que el poder estatal de turno decida que es?

Por último, el profesor Cristi se apresura al asumir que causará sorpresa su vinculación de Hegel con el principio de subsidiariedad. Sin ir más lejos, la reciente traducción del libro “El Estado subsidiario”, de Chantal Delsol —entrevistada el domingo pasado en el cuerpo de Reportajes de “El Mercurio”— discute con algún detalle este tema. Ahí también, por cierto, se ahonda en la relevancia pública de la sociedad civil organizada.