Carta publicada el domingo 19 de septiembre de 2021 por El Mercurio.

Señor Director:

Las fiestas que celebramos en estos días, y la masividad popular que las acompaña, debieran ayudar a los convencionales a ponderar adecuadamente su misión. En términos simples, hay una sociedad que antecede al aparato estatal. Y esa sociedad —con su historia, costumbres y diferencias— debe ser reconocida por los diversos órganos del Estado. La Convención Constitucional no es la excepción.

Es verdad que dicho reconocimiento admite múltiples modalidades, y también es cierto que la sociedad chilena aspira a cambios significativos en muchas dimensiones de la vida. Nada de esto, sin embargo, autoriza a olvidar los límites inherentes a la acción estatal. Estos días en que Chile se paraliza para recordar su historia, sus tradiciones, o simplemente compartir la mesa con la familia o los amigos, son un momento privilegiado para recordarlo.