Carta publicada el martes 13 de abril de 2021 por El Mercurio.

Señor Director:

Es sabido que las encuestas tienen limitaciones, pero cuando diversos sondeos de opinión exhiben resultados similares y consistentes con otros diagnósticos, sugieren una tendencia difícil de refutar. Es, precisamente, lo que está ocurriendo en materia presidencial. Mientras Pamela Jiles y Daniel Jadue crecen, los candidatos de centroderecha mejor posicionados se estancan y los de centroizquierda no logran despegar.

Este panorama debiera llevar al oficialismo y a la oposición democrática, pero en especial a los propios candidatos, a preguntarse seriamente si conviene perseverar en numerosas campañas que —a pocos meses de las presidenciales— no entusiasman a la ciudadanía. En concreto: quienes primero den un paso al costado mostrarán visión de Estado, sentido republicano y espíritu de unidad. Con ello, además, quedarán en mejor pie para proponer los indispensables acuerdos políticos y programáticos del caso.

El desafío de gobernar Chile en el nuevo ciclo político que comienza será titánico. Ello exige unidad y consistencia en los contenidos, pero también decisiones generosas, que estén a la altura de las excepcionales circunstancias que enfrenta el país. Sin dichas decisiones —sin romper la fragmentación y dispersión política actual— será cada vez más difícil modificar el inquietante escenario presidencial.