Carta publicada el sábado 20 de marzo de 2021 por El Mercurio.

Señor Director:

El profesor Carlos Peña ha expuesto algunas razones por las que las creencias religiosas deben ser consideradas centrales y distintas de meras preferencias. El profesor Cristi, en tanto, ha apelado a la historia del pensamiento y a los masivos contagios en Zamora en 1918 para defender la primacía del bien común. Hay aciertos importantes en los dos interlocutores, me parece, pero no estará demás recordar que en el caso chileno ni siquiera hubo potencial tensión entre estos polos. No hay paralelo con las masivas actividades de Zamora en 1918 que evoca el profesor Cristi. Simplemente se corrigió una norma que ponía a la actividad religiosa límites más estrictos que a otras actividades. Respecto de la pertinencia de corregir tal arbitrariedad, supongo que “republicanos” e “individualistas” pueden estar de acuerdo.