Carta publicada el lunes 26 de octubre de 2020 por el Diario Financiero.

Señora directora,

El plebiscito fue solo el inicio de un largo proceso, que tanto el sistema político como la sociedad civil deben cautelar. Los festejos y el optimismo no nos pueden hacer olvidar que solo quedó determinado un mecanismo. Ahora falta la parte más difícil: crear un instrumento, tan crucial como limitado, que establezca las bases para un sistema político en forma.

Sin embargo, es un error delegar toda la discusión en los convencionales. La noción que, a mi juicio, ilumina este camino es la de pacto social, que excede lo jurídico. Esta aproximación nos alienta a no poner todas las expectativas en el mundo político y pensar cómo otros actores son responsables de encauzar el malestar.

Uno de esos actores, que muchas veces ha preferido el encierro lucrativo, es la empresa. No es descabellado sostener que ciertas dinámicas de búsqueda irreflexiva de ganancias o de tolerancia de abusos y asimetrías injustas estuvieron en la base de lo que estalló en octubre pasado. Urge, por tanto, desarrollar mecanismos que abran a la empresa, la reconecten con el tejido social.

No podemos esperar a una segunda explosión para abrir ese camino paralelo. La pelota está en la cancha de los empresarios.