Carta publicada el sábado 31 de octubre de 2020 y firmada por cinco personas, en El Mercurio.

Señor Director:

Ignacio Walker señala en su columna del martes pasado la necesidad de transitar a un sistema parlamentario que termine con el presidencialismo actual. Aunque esta es una demanda relativamente extendida en la élite política, adolece de varios problemas dignos de ser explorados.

En primer lugar, un cambio de esta índole necesariamente entregaría más poder a los partidos políticos. Sin embargo, el movimiento ciudadano que subyace a la crisis de octubre se caracterizó por cuestionar categóricamente a las élites políticas. No es seguro que para acercar la política a la ciudadanía se requiera un sistema de gobierno que encierre más a las cúpulas partidarias. Por otra parte, si observamos la historia de Chile, nuestra experiencia con el régimen parlamentario advierte de los riesgos que presenta cambiar a este sistema. Además, no debemos olvidar que la “colaboración de poderes” citada por el señor Walker posibilita eventuales abusos de mayorías circunstanciales (ejemplos: Ghana y Zimbabue, ex-Rodesia).

A pesar de lo anterior, concordamos con Ignacio Walker en que resulta indispensable articular de mejor manera el trabajo del Ejecutivo con el del Congreso, así como también otorgar válvulas de escape al sistema político. Sin embargo, las propuestas no pueden olvidar el contexto: una élite política desprestigiada.

Gonzalo Valdés; Florencia Serra
Centro de Políticas Públicas UNAB
Felipe Álvarez
Abogado UC, MPP Oxford
Pablo Valderrama
IdeaPaís
Claudio Alvarado
Instituto Estudios para la Sociedad, IES