Carta al director publicada el domingo 9 de agosto de 2020 por El Mercurio.

Sr. director:

Hay al menos tres motivos que confirman la importancia de profundizar en la discusión sobre contenidos constitucionales, tal como señala su editorial de ayer.

El primero consiste en la necesidad de ir más allá de la disyuntiva “apruebo” versus “rechazo”. La dicotomía que plantea el plebiscito fijado para octubre tiende a ocultar la diversidad de visiones que existen al momento de imaginar un proceso constituyente. En particular, es crucial conocer las diferentes justificaciones y propuestas de quienes impulsan un cambio a la Constitución.

El segundo motivo por el que urge hablar de contenidos remite a la posibilidad de llegar a acuerdos en materia constitucional. Mientras nos quedemos sólo en cuestiones políticas o simbólicas es altamente improbable alcanzar dichos acuerdos. Esas dimensiones son muy relevantes, pero tanto o más lo es propiciar ciertos consensos, y para ello se requiere superar las generalidades y dialogar en torno a derechos e instituciones específicas.

Por último, y relacionado directamente con lo anterior, sólo entrando en el debate de contenidos podremos ahondar en el que se ha revelado como nuestro problema constitucional más acuciante. Desde luego, me refiero a las sucesivas controversias entre el Presidente de la República y el Congreso Nacional, y que han derivado en el irregular “parlamentarismo de facto” observado durante los últimos meses.