Quizá uno de los asuntos que cobrará más fuerza una vez superada la crisis sanitaria, será precisamente el de la salud. Las demandas de una mejor y mayor cobertura ya habían quedado de manifiesto en la crisis de octubre, algo que podría verse exacerbado producto de la pandemia. A principios de abril, nuestro investigador Pablo Ortúzar planteó en su columna “Riesgo, economía y vida” la necesidad de avanzar hacia un sistema de salud integrado, mientras que en “No hay salud que aguante”, Rodrigo Pérez de Arce abogó por una reforma ponderada a las isapres y Fonasa como una manera de darle aire a la política nacional.

Otro de los temas que sin duda se tomará la agenda cuando el coronavirus deje de monopolizarla, será el proceso constituyente. En abril, el presidente Sebastián Piñera planteó la necesidad de evaluar el plebiscito de octubre próximo, arguyendo razones económicas. Según nuestro investigador senior, Daniel Mansuy, el planteamiento de Piñera fue inoportuno, pero la pregunta por qué ocurrirá con el proceso constituyente ciertamente está instalada. En esa línea, Claudio Alvarado escribió en La Tercera que no hay demasiado tiempo para tomar una decisión al respecto, sobre todo considerando que las campañas comenzarían a fines de agosto, por lo que el tema debiera quedar resuelto entre junio y julio. Por su parte, Rodrigo Pérez de Arce sostuvo en Proceso constituyente que la crisis sanitaria no dejará obsoletas las demandas sociales que quedaron de manifiesto en octubre.

En Plebiscito en pandemia, Claudio Alvarado recalcó que será necesaria la generosidad de distintos sectores, el sentido republicano y la imaginación política para solucionar de mejor manera este problema. Una propuesta en esa línea la hizo él mismo, junto a Alejandro Fernández de Fundación Pacto Social, en una carta publicada por El Mercurio, llamada El plebiscito que no fue, en la cual rescata como un buen punto de partida para la discusión el proyecto de Constitución de Michelle Bachelet, en parte porque no rompe con la tradición constitucional del país. En El plebiscito que no fue II”, Alvarado y Fernández enfatizan que cualquier cambio al acuerdo de noviembre, requeriría la venia de todos quienes lo firmaron. Por su parte, Pablo Ortúzar planteó la necesidad de avanzar hacia un acuerdo nacional mayor, sostenible en el tiempo y que busque resolver la pregunta de cómo hacemos que nuestra estructura institucional calce con nuestra estructura social en “Sin acuerdo nos hundimos”, recientemente publicada en La Tercera.

La pregunta por la situación de los más vulnerables quedó plasmada en la columna de Daniel Mansuy, Los invisibles, otra vez”, mientras que nuestra investigadora Mariana Canales se refirió a la posibilidad de indultar a los presos en Ya habíamos llegado tarde. La situación de las cárceles, al igual que la de los inmigrantes, revelan cómo la crisis ha afectado y seguirá afectando a los más frágiles de nuestra sociedad, algo que también trató Guillermo Pérez Ciudad en De fronteras y pandemias.

Las reflexiones de nuestro equipo respecto de la crisis también se han hecho cargo de otro tipo de preguntas. Tal es el caso de la participación de nuestra investigadora, Josefina Araos, en el ciclo “Reflexiones en pandemia”, de The Clinic, donde se refirió a cómo la crisis es una invitación a replantearnos nuestros límites. Por su parte, Pablo Ortúzar se preguntó si puede o no la pandemia ser leída como un castigo divino en “Elogio de la culpa”, reivindicando la posibilidad de pensar con categorías cristianas tiempos como los que hoy vivimos.