Carta al director publicada el lunes 27 de abril por El Mercurio

El contrapunto entre Axel Kaiser y Eugenio Tironi, publicado ayer en Reportajes de “El Mercurio”, confirma la necesidad de tender puentes en materia constitucional.

Muchos críticos del proceso constituyente —representados en ese intercambio por Kaiser— consideran inviable o indeseable un proceso de tal magnitud en el alicaído Chile pospandemia. Pero otros —tal como Tironi— sugieren que los efectos del coronavirus aumentarán las disputas sobre el rol del Estado, la protección social y otros asuntos semejantes. Todo esto indica que los debates que siguieron al 18 de octubre no desaparecerán de nuestro horizonte. En cualquier caso, habrá que hacerse cargo del itinerario pactado.

Este difícil panorama exige generosidad e imaginación de nuestra clase política. Por lo mismo, urgen espacios e instrumentos de convergencia que permitan ganar tiempo, instalar certezas y propiciar puntos de encuentro para alcanzar una visión de conjunto. Quizá uno de esos puntos —entre otros— podría ser el proyecto de nueva Constitución presentado por Michelle Bachelet antes de dejar La Moneda. No se trata de asumirlo como regla por defecto, sino de considerarlo seriamente como un antecedente significativo que facilite la discusión, más allá de lo que finalmente ocurra con el plebiscito.

Este proyecto tiene defectos (como su extenso capítulo de derechos, que limita severamente el debate parlamentario), pero también podría ofrecer un terreno compartido para la deliberación. Después de todo, dicho proyecto recoge nuestra tradición constitucional —con la evolución de las últimas décadas—, comenzó con un gobierno de otro color político e incluyó hitos de participación ciudadana. Rehabilitarlo tal vez favorezca la articulación de continuidad y cambio en las complejas circunstancias que enfrentamos.

Claudio Alvarado R.
Director ejecutivo IES

Alejandro Fernández G.
Director ejecutivo Fundación Pacto Social