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Punto y coma busca ser un lugar de encuentro y conversación en torno a las ideas. Al alero del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), queremos generar un intercambio informado, atractivo y apasionado alrededor de los principales debates de nuestra sociedad. Pensamos que las humanidades y las ciencias sociales, con sus distintas perspectivas, son indispensables a la hora de intentar comprender el mundo. Creemos en la libertad intelectual y la palabra escrita como un vehículo excepcional para la transmisión del conocimiento, y como un medio que permite captar los infinitos matices que supone el fenómeno humano. Concebimos las imágenes como un instrumento privilegiado a la hora de despertar la creatividad e interpelar al lector. Confiamos, también, en que el diálogo constituye una práctica imprescindible para acercarse a los otros y entender aquello que nos rodea. Nuestro diálogo, a medio camino entre la academia y el periodismo, se ha impuesto el doble desafío de la difusión y la profundidad. Por todo lo anterior, Punto y coma se concibe como un espacio multidisciplinario que presta especial atención a los diversos registros intelectuales, artísticos y literarios. Queremos favorecer una reflexión compartida, capaz de soportar el paso del tiempo y resistir, en lo posible, a la alta velocidad de nuestra época.

El punto y coma es un signo de puntuación que manifiesta una pausa mayor que la coma, pero que, a diferencia del punto, no se detiene. En alguna medida, expresa esa sutil espera propia del pensar. Es un signo que refleja el espíritu de la reflexión que anhelamos fomentar desde el IES. Por otro lado, el punto y coma no es un signo fácil de emplear: sus reglas son algo ambiguas, y su uso, subjetivo. Pero cuando está bien utilizado, la escritura logra mejor su cometido. Punto y coma quiere poner especial cuidado a las formas textuales. Al ser la palabra y el lenguaje el fundamento e instrumento de todo debate público, el esmero en la escritura pretende ser uno de nuestros aportes fundamentales.

Este es el primer paso público de un proyecto que lleva varios años discutiéndose. El tema central de este número, la crisis de la democracia y el auge de los populismos, nos interpela por diversos motivos. En parte por su urgencia, aunque también por sus consecuencias. No es fácil decir algo novedoso sobre temas que han estado durante tanto tiempo en el centro de la agenda pública. Por lo mismo, quisimos dialogar con quienes han reflexionado largamente sobre ellos: el lector podrá encontrar aquí artículos y entrevistas, además de comentarios sobre libros que nos parecen especialmente relevantes para comprender el momento político global. Y, si bien la filosofía política y la reflexión sobre el orden social ocupan un lugar prioritario, también queremos detenernos en personajes, libros o desafíos que, estando menos vinculados a la coyuntura —y quizá justamente por eso—, nos ayudan a observar el mundo desde otros ángulos. Hay espacio para la música, las artes visuales y la literatura; para disciplinas académicas obligadas a reflexionar en términos accesibles al lector común; para libros viejos y viejos llenos de libros, debates urgentes y otros que se niegan a serlo, pero que son cruciales para verbalizar los pensamientos que hoy nos interpelan.

La invitación que proponemos, entonces, es a comenzar un diálogo vibrante e informado, capaz de fomentar la conversación y de deleitar a los lectores más exigentes. Esperamos que este diálogo continúe, no con la prisa de una frase sin detenciones, sino precisamente con el ritmo que propone el punto y coma.

Joaquín Castillo Vial

Editor