Columna publicada el 08.04.19 en La Tercera.

Las sentencias que a fines de 2018 obligaron al Estado a pagar remedios de alto costo pusieron bajo la lupa a nuestras altas cortes. El reciente estudio “El derecho administrativo ante la jurisprudencia de la Corte Suprema” confirma la necesidad de reflexionar sobre el valor que dan los tribunales a las reglas legales. Si pocas décadas atrás se solía considerar al juez la simple “boca de la ley”, hoy la tendencia pareciera ser el activismo judicial. ¿Cómo explicar este cambio de escenario?

Sin duda acá intervienen múltiples factores, pero uno decisivo ha sido la creencia de que es posible resolver controversias jurídicas concretas y complejas acudiendo directamente, sin mediar regla alguna, a derechos constitucionales o instrumentos internacionales formulados en términos abstractos. Esta retórica de los derechos abarca desde el lenguaje cotidiano hasta el debate político, pero sus efectos más perjudiciales probablemente se observan en tribunales, pues conduce a ignorar el rigor y la especificidad que -se supone- caracterizan al razonamiento jurídico.

En este contexto, es inevitable preguntarse si existen corrientes y autores que permitan pensar estos asuntos de manera equilibrada; teorías que destaquen el valor de las reglas legales y que, al mismo tiempo, acepten sus límites; aproximaciones que reconozcan y fundamenten la existencia de algunas exigencias básicas de justicia en todo tiempo y lugar, sin renegar por ello de todo formalismo.

Un académico que ha emprendido esa tarea es el filósofo del derecho y profesor emérito de Oxford, John Finnis. Formado en el positivismo analítico anglosajón, luego dirigió su mirada al pensamiento clásico y, sin abdicar de sus orígenes, propuso una renovada versión de las teorías del derecho natural. Desde ahí, Finnis ha entrado en diálogo con los principales autores y problemas del mundo jurídico contemporáneo. Por mencionar solo un ejemplo relevante, él valora el moderno lenguaje de los derechos y los instrumentos internacionales de derechos humanos, pero también subraya su necesidad de especificación legal. Así, reivindica el papel del legislador -y por tanto, acota el del juez- en la defensa y promoción de los derechos fundamentales.

Finnis reconoce que su mayor influencia intelectual es Tomás de Aquino. Su peculiar lectura del filósofo y teólogo le ha valido diversas polémicas, tanto con críticos como con seguidores del teórico medieval. El 11 de abril se lanza en nuestro país Tomás de Aquino. Teoría moral, política y jurídica (IES, 2019), la primera traducción de este libro de Finnis en habla hispana. Se trata de una oportunidad privilegiada para profundizar en las ideas de un autor que se ubica entre el activismo y el formalismo y que, por lo mismo, bien puede ayudarnos a repensar la función judicial.