El 11 de marzo se cumplió un año desde que Sebastián Piñera volvió a La Moneda. Según diferentes encuestas, su aprobación ciudadana está en torno al 40%. ¿Cuáles fueron las fortalezas y debilidades de su gestión durante este período? En diferentes columnas y entrevistas radiales y televisivas, los investigadores del IES analizaron en qué posición quedó el Presidente y su gabinete de cara al 2019, y cuáles son principales desafíos, tanto para mantener e incrementar su aprobación, como para dejar un legado que trascienda.

Frente a la decisión de mantener el mismo gabinete político, Claudio Alvarado, director ejecutivo del IES, señaló en La Tercera que el hecho de “que el equipo político sea de absoluta y exclusiva confianza del primer mandatario puede ser muy útil en el manejo del día a día, pero tal diseño dificulta la presencia de pares y no necesariamente ayuda a transmitir un mensaje político al país”.

Alvarado también advirtió la falta de una hoja de ruta clara que transmita para qué se está gobernando. “A diferencia de varias otras materias, acá la comparación con Michelle Bachelet no es demasiado favorable. La administración de la Nueva Mayoría tuvo infinitos problemas, pero todos sabíamos a qué venía. ¿Para qué gobierna el oficialismo hoy?”, sostuvo. En entrevista con Tomás Mosciatti, en CNN Chile, también enfatizó este punto. “A la hora de empujar una agenda clara, el primer año fue desaprovechado”, dijo.

Daniel Mansuy formuló un diagnóstico similar en El Mercurio. Si bien destacó que “esta segunda experiencia ha sido bastante mejor que la anterior”, por otro lado, “el oficialismo aún no logra elaborar un discurso político digno de ese nombre, que pueda servir de plataforma para lo que viene. A pesar de los años de preparación en las oficinas de Avanza Chile, no es fácil saber cuáles son los dos o tres temas decisivos que marcarán esta administración”.

Para Pablo Ortúzar, aunque “esperar novedades por parte del gobierno de Sebastián Piñera es, a estas alturas, una pérdida de tiempo”, también considera que uno de sus principales logros fue el manejo que tuvo frente a la crisis venezolana.

“A esta generación le tocó ver por primera vez a la centroizquierda chilena post-Pinochet defender, ya sea abiertamente o con excusas mezquinas, una dictadura que abusa sistemáticamente de su población”, en cambio, “Piñera logró capturar el legado y parte de la legitimidad de la antigua Concertación mediante pocos, sutiles y precisos movimientos, mientras que sus adversarios se desangraron a sí mismos en gestas de ambición grandiosa y pobres resultados”, dijo Ortúzar en La Tercera.

Una de las figuras que destacó durante el primer año de gobierno fue la ministra de Educación, Marcela Cubillos. Para Mansuy y Alvarado fue la única que logró “rayar la cancha, a pesar del grueso error que cometió al intervenir el Liceo 1”. En esta ocasión, la ministra intervino directamente para que el establecimiento permitiera el ingreso de una joven trans. Ambos analizaron su jugada en El Mercurio: “Su discurso se funda en una narrativa meritocrática. Su propósito ha sido reivindicar el mérito y el esfuerzo personal como criterios relevantes a la hora de asignar cupos escasos en el sistema escolar. Ahora bien, surge una pregunta ineludible: ¿cuántas jóvenes quedaron fuera del Liceo 1 durante su último proceso de admisión?”, ¿No resulta injusto que la ministra intervenga de manera preferente en tan solo uno de esos casos, en desmedro de todos los demás?”, sostuvieron.

Proyecciones para 2019

¿Qué habría que esperar de este gobierno para 2019? Según Pablo Ortúzar, si “Piñera se ciñe a su guión y logra mostrar avances en crecimiento, seguridad y beneficios focalizados en los más pobres y la clase media en problemas, y combina eso con una consolidación del rol de liderazgo regional de Chile en términos de modelo de desarrollo, bien podría tener otro año poco original, pero con balance positivo”, advirtió en La Tercera.

En “Terapia chilensis” de Radio Duna, Claudio Alvarado enfatizó lo importante que es definir prioridades. “El Presidente Piñera debe preguntarse por qué quiere ser recordado. Se habla de 100 promesas de gobierno, pero a nivel emblemático se podrá hacer muy poco. Cuál es esa herencia es donde no hay claridad”, planteó.

En tanto, Daniel Mansuy cree que “el principal peligro para el Gobierno reside en la comodidad de la situación actual. La oposición sufre de un extravío crónico, la derecha está medianamente ordenada y el equipo parece haber encontrado un equilibrio. Sin embargo, en política la apuesta por la estabilidad suele ser muy arriesgada”, dijo en El Mercurio.