En 2014, se estimaba que habían 416 mil inmigrantes en Chile. Según las últimas cifras del Departamento de Extranjería y Migración, en 2018 el número subió a 1 millón 251 mil personas. Este creciente aumento ha provocado cambios importantes en la composición de la sociedad y plantea desafíos prioritarios con respecto a la convivencia entre chilenos y extranjeros.

A partir del documento “Migración en Chile: 5 claves para el debate”, desarrollado por el investigador del IES Guillermo Pérez, se organizó un coloquio para abordar las tensiones y puntos ciegos de este fenómeno en el país. Participaron Álvaro Bellolio, jefe del Departamento de Extranjería y Migración (dependiente del Ministerio del Interior), y Roberto González, psicólogo e investigador del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) y del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR).

“No podemos entender la migración como la llegada de personas, sin entender que la cultura es muy influyente en la forma en que recibimos al inmigrante. Y eso impone varios desafíos”, señaló González.

Si bien el investigador del COES y el CIIR destacó que el gobierno actual creara “ciertas condiciones para que las personas se visibilicen, desde el punto de vista de sus reconocimientos y sus derechos (…) le critico la falta de comunicación a nivel más central de las políticas de integración social. Lo encuentro complejo, porque cuando focalizas el discurso solo en los aspectos normativos y de regulación, se crea la impresión de que lo único que le importa al gobierno es ese aspecto”.

También sostuvo que “la sociedad civil tiene un rol fundamental. No podemos trasladar la responsabilidad solo a las autoridades”.

Según Bellolio, “creer que generar un flujo de dos Valparaíso enteros no iba a generar problemas de convivencia era a lo menos ingenuo. Y la administración anterior hizo lo que yo llamo la política de avestruz. Escondió la cabeza bajo la arena”. En esto coincidió González. “El gobierno anterior cometió enormes errores”, dijo el investigador, y agregó que es necesario abordar el problema de forma multidimensional. 

“Estoy de acuerdo en que pensar la migración solo desde el Ministerio del Interior es un error, porque no es suficiente”, puntualizó Bellolio. “Gran parte de los conflictos tienen que ver con la vivienda. En Estación Central hay departamentos de 40m2 que se subarriendan a seis familias. Eso, claramente, crea problemas de convivencia”, agregó.

Respecto a la política de “ordenar la casa” impulsada por el gobierno, sostuvo que “no solo se trata de expulsar (a los extranjeros que cometan delitos), es que existan las condiciones para que el migrante pueda desarrollar sus capacidades”.