“Estamos ante una crisis política. Las principales instituciones de nuestra vida pública se encuentran en un importante descrédito, y la propia actividad política pasa por un momento de desprestigio de una magnitud poco frecuente”. Con estas palabras, Catalina Siles dio inicio al lanzamiento del libro de Daniel J. Mahoney “Los fundamentos conservadores del orden liberal”, cuya traducción y prólogo estuvo a su cargo.

La historiadora afirmó que el objetivo del IES para publicar el ensayo, fue contribuir a la reflexión sobre cuales son (o deberían ser) los fundamentos del orden liberal. “Los límites éticos del mercado, las dificultades que implica el multiculturalismo, la tendencia al individualismo que conlleva la promoción de la autonomía radical, son algunas de las controversias que tenemos que analizar”, señaló. Inmediatamente le dio el pase a los dos presentadores del libro: Eduardo Saffirio, profesor universitario y miembro del directorio del Centro de Estudios del Desarrollo, CED; y, Juan Ignacio Brito, decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes.

Eduardo Saffirio partió explicando por qué no comparte la tesis principal de Daniel Mahoney de que durante las últimas décadas las democracias contemporáneas se habrían apartado de sus presupuestos históricos, políticos, espirituales y culturales. “En primer lugar, no todas las fuerzas políticas y culturales de las democracias contemporáneas la pretenden reducir a un solo valor: la libertad individual. Y ello pues visiones unilaterales jamás podrán dar cuenta de la complejidad del fenómeno democrático”, señaló. Y es así -agregó- ya que las democracias contemporáneas derivan de distintas tradiciones. “Probablemente la liberal es la predominante. Pero en su seno también se han expresado tradiciones social demócratas y social cristianas. Lo anterior nos muestra que los fundamentos pre políticos del régimen democrático, aunque existen son variados”.

El ex diputado DC terminó señalando que el libro cae en una omisión importante, “quizás decisiva, al no referirse al impacto del capitalismo contemporáneo en la cultura y el régimen político. Catalina Siles, en el prólogo no omite lo anterior. Me parece que la prologuista y traductora de este libro está en lo correcto: la mercantilización de la vida social a lo menos potencia el subjetivismo moral y el incivismo frente a lo público”, concluyó.

Juan Ignacio Brito, por su parte, inició su presentación señalando que, en su calidad de periodista, su intención era traer a la actualidad Los fundamentos conservadores del orden liberal, para darle sentido práctico y de urgencia al texto. Nos encontramos en lo que me atrevo a llamar la Era de la Imprudencia. Dos rasgos distintivos de ella son el selectivo olvido de nuestras tradiciones e historia y la falta de moderación. Esta última resulta visible en la confianza que los imprudentes depositan en la ideología utópica, así como en la certeza absoluta sobre la inevitabilidad histórica del triunfo de sus ideas y proyectos”, señaló. Otro fenómeno de esta Era de la Imprudencia, según Brito, es la irrupción juvenil -llegada al Congreso de Giogio Jackson y Gabriel Boric- y por su discurso anti-elitista, que proviene de su desdén hacia toda forma de autoridad y de la tendencia homogeneizadora de la democracia, más aún en su versión purista.

Finalmente, el Decano de la Facultad de Comunicación señaló que lo que hay que hacer es evitar el pesimismo. “El proyecto liberal, que tantos aportes ha hecho, debe ser rescatado de sí mismo por el proyecto conservador, que ofrece dotarlo de contenidos morales y devolverle el sentido a través de lo que Mahoney identifica como los “fundamentos conservadores del orden liberal”.