La naturaleza del terrorismo y la lucha de Estados Unidos contra Al Qaeda fueron algunos de los temas que marcaron un coloquio entre el militar en retiro y universitarios y profesionales jóvenes. “Suscribo a la teoría de que no es posible que un acto terrorista, por más difícil, doloroso y duro que sea, se combata por medios ilícitos”, afirmó Juan Emilio Cheyre en el coloquio Guerra contra el Terrorismo: una visión global. El encuentro, realizado el pasado martes 24 de mayo en el Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), congregó a universitarios y jóvenes profesionales interesados en el análisis de este fenómeno, pieza clave en el curso del siglo XXI.

Invitado a reflexionar sobre las principales características del terrorismo y los últimos sucesos que han marcado la agenda noticiosa, el Ex Comandante en Jefe del Ejército y actual Director del Centro de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, abordó una serie de preguntas esenciales para el debate. ¿Es todo lícito cuando se quiere prevenir o castigar un acto terrorista? ¿Qué características debe tener una acción para ser calificada como tal? En su exposición, Cheyre se refirió a los elementos constitutivos de todo acto terrorista, al desempeño de Estados Unidos en su lucha contra Al Qaeda y a la situación actual de los países de Oriente.

Luego de describir los delitos terroristas como “actos violentos cuyo fin es infundir terror en una comunidad para lograr cambios, sobre todo políticos”, el expositor señaló que muchos gobiernos democráticos han optado por combatirlo recurriendo a medios ilícitos. Destacando el rol de los organismos internacionales en este sentido -principalmente el desempeño de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)- Cheyre afirmó no creer que la muerte de Osama Bin Laden sea un caso representativo de esto último.

“La acción de Estados Unidos, aunque está en el límite, me parece lícita. A mi juicio, fue una acción de guerra, porque Osama Bin Laden le declaró la guerra a Estados Unidos”, dijo.

La muerte del líder de Al Qaeda no consolida el fin del movimiento, según Cheyre. Nos encontramos frente a lo que él designa como una “red de redes”, donde surgirán nuevos dirigentes antes de que sea desmantelada por completo. No obstante esto, destacó la relevancia del hecho, cuyas implicancias superan el plano de lo simbólico: “La muerte de Bin Laden es, sin duda, un golpe sumamente importante. Los ataques terroristas tienen líderes, y éstos son importantes no sólo por la logística y la coordinación. En el terrorismo, los líderes encarnan la épica, el relato, el idealismo y el carisma que lleva a sus seguidores a hacer carne el pensamiento que ellos representan”.

Versátil y sumamente complejo, el terrorismo ha alcanzado distintas formas dependiendo de las regiones donde se instala. Economías retrasadas, extremismo religioso, filiaciones étnicas, juventudes insatisfechas y fronteras sin control son, entre otras, las condiciones comúnmente explotadas por el terrorismo. Su refugio, por otro lado, ya no es sólo físico: el ciberespacio se ha convertido en una nueva zona para sus operaciones.

Conflictos locales, injusticias y estructuras sociales que procuran el extremismo son algunas de las causas que subyacen los impulsos terroristas. Y, ciertamente, Latinoamérica no está libre de estas prácticas. “Al Qaeda no es la única organización en el mundo. En nuestra región está el narcoterrorismo”, destacó Cheyre, para luego referirse al problema que hoy enfrentan naciones como Colombia, Brasil y México.

“El terrorismo se combate con inteligencia muy precisa. Al final siempre es la fuerza humana, pequeña, la que va a generar resultados”, subrayó.

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