Columna publicada en El Líbero, 15.08.2017

El próximo lunes 21 de agosto se acaba el plazo para la inscripción de las candidaturas presidenciales ante el Servel, en un ambiente que ha sido más intenso que otras ocasiones. El año pasado la carrera comenzó con varios aspirantes a la Presidencia;  hoy algunos ya quedaron en el camino. Sin explicación aparente, este proceso fue generando altas expectativas: contra todo pronóstico, las primarias convocaron a más de 1.800.000 personas . ¿Qué nos sugiere este panorama?

Chile ha cambiado en los últimos años. Las movilizaciones de 2011 remecieron la arena política, un fenómeno que la clase dirigente pareciera no acabar por entender. Entonces se enarboló la bandera de los derechos sociales como paradigma, que algunos alzaron con fuerza, como la propia Michelle Bachelet. En efecto, el proyecto de la Nueva Mayoría y el programa de la Presidenta se fundamentaron en lo que Fernando Atria y otros autores desarrollaron en El otro modelo, libro que propuso superar el actual “modelo neoliberal” por uno nuevo: “el régimen de lo público”.

Esta propuesta tuvo una primera ejecución práctica con el actual Gobierno, pero sus resultados han estado muy lejos de lo que esperaban sus autores, razón que ha llevado a varios de ellos a desmarcarse de esta administración. “Las ideas son las correctas, pero la ejecución ha sido deficiente”, dicen los más optimistas, negándose a ver que el rechazo de las personas a las distintas reformas apunta más al fondo que a la forma.

Un mal diagnóstico lleva a las ideas erradas y éstas conducen a políticas mal diseñadas. En un esfuerzo por discutir con esas ideas y avanzar en el entendimiento de nuestro contexto, el IES, junto a Tajamar Editores, lanzará mañana el libro El derrumbe del otro modelo. Una reflexión crítica. Este libro colectivo reúne a intelectuales e investigadores que reflexionan sobre los principales ejes desarrollados en el libro de Atria y compañía. Los autores ven en el régimen de lo público varios problemas no resueltos, siendo el sentido de lo público el primero de ellos (la disputa por el significado de lo público ha sido un debate especialmente vigoroso en las discusiones sobre educación y el rol de las universidades).

Que lo público no se convierta en lo meramente estatal, sino que integre las iniciativas de la sociedad civil, respetando su autonomía; o qué función cumple el mercado dentro de la sociedad a la que aspiran los autores, el que debe ser restringido al mismo tiempo que necesitan que funcione a plenitud, son sólo algunas de las tensiones dentro de ese proyecto. Una nueva Constitución, los derechos sociales o la segregación en educación, todos aquellos pilares fundamentales de este segundo Gobierno de Bachelet, son analizados críticamente dentro del texto. Sin embargo, sus autores no se basan en una apología del mercado ni desestiman la existencia de un malestar en la sociedad; por el contrario, están interesados en afinar el diagnóstico justamente porque entienden que en Chile hay problemas más allá de los tradicionalmente citados. De ahí viene la relevancia de la sociedad civil, la apertura a hacer reformas bien pensadas o el llamado a revalorar la familia dentro de la reflexión política que hacen los autores.

El objetivo es que este debate de ideas pueda orientar la deliberación democrática. En menos de una semana más conoceremos a los candidatos a la Presidencia, cada uno con sus propios diagnósticos y propuestas. ¿De qué forma se plantearán los postulantes ante el resto de la población? El discurso que adopten no es inocuo y por eso importa que algunos insistan en la necesidad de profundizar el camino iniciado por la actual administración. Especialmente a la luz de lo acontecido con las principales reformas impulsadas por el Gobierno, siguiendo el diagnóstico de Atria. En este contexto, parece valioso reflexionar sobre los principales conceptos que han aparecido en el debate público. El derrumbe del otro modelo, que será presentado mañana por Joaquín García-Huidobro y Jorge Navarrete, intenta aportar en este sentido, desde una postura que no niega a priori el descontento actual, pero que sí discute la óptica desde la que se aborda.

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